Sabado 21 de Mayo de 2016

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Klokende Articulos

Quizá uno de los errores más comunes entre los criadores del canario de canto es el creer que adquiriendo un ejemplar campeón se garantizarán el éxito automático en las competencias o concursos de canto. Los criadores experimentados a menudo recomiendan inútilmente que este proceder puede conducir a nada. ¿Por qué es esto así? Primero, es de todos conocido que para lograr buenos resultados hay que trabajar duro. El éxito no es producto de la coincidencia, y si así fuera, éste sería pasajero. En segundo lugar, el prestigio de una criador de malinois radica en su capacidad de crear su propio “stamm”. Por “stamm” entendemos la existencia de un canto común de calidad, que también es muestra de que ha dispone de una cepa bien consolidada. Así, los canarios provenientes de estas cepas emiten sus notas de una manera muy semejante y sus cantos son también semejantes con una alta dosis de armonía. Con la finalidad e promover esto es que existen competencias por equipos donde más que nada se premia la crianza de equipos y la armonía de “stamm”.

Finalmente, la crianza con canarios campeones sería innecesariamente caro y fútil. Aún más, las dotes canoras de los campeones podría eventualmente perderse si se aparean constantemente. Un pájaro campeón se puede utilizar, pero su papel principal es como maestro (si es que su canto se adecua al de los pichones en escuela) . De lo anterior se intuye claramente que la clave del éxito en la crianza se sustenta en las hembras de que se disponga en el criadero. No obstante, la selección de las hembras y la idoneidad de los diferentes cruces que se hagan dependerá de las características del órgano de canto que transmitirá la hembra a sus hijos machos y de un conocimiento elemental del mensaje genético de los ejemplares y una idea aproximada de que es lo que se quiere obtener. No es juntar un par de ejemplares y ver qué sale. Por ello, la dificultad en la selección de los cruces en los canarios de canto es mucho mayor que en los canarios de color o de forma ya que en aquellos no existe un indicador visible del producto de las crías logradas en los diversos cruzamientos. Esto quiere decir que en los canarios de canto las bondades- y también deficiencias- en el canto está ocultos a la vista y no se hacen evidentes hasta que oímos cantar a los pájaros en la edad adulta. Aún más, por el hecho de que las hembras no cantan, es imposible tener alguna idea de la calidad de la genética que portan en su sangre.

Ser objetivo y premiar a los que catan bien y castigar a los que no lo hacen tan bien. Ello implica, quedarse solamente con el mejor material genético posible. Ello implica quedarse con las hermanas de los canarios que emitan el klokkende más profundo y cuyo canto en general sea más agradable, y elimnar del criadero las de menor calidad, en este sentido. Empero, ello no quiere decir que nos deshagamos de las buenas reproductoras. Las hembras que no dejan morir tan fácilmente a los pichones hay que guardarlas y buscar cruces de calidad. Una mayor cantidad de pichones nos permiten una mayor capacidad de selección.